De nuevo nos vamos al fértil Valle de Lecrín, famoso por sus cítricos, aunque en esta ocasión será hasta la localidad de Dúrcal.
Comenzaremos nuestra andadura en el Parque de la Estación, para posteriormente visitar el Castillo de Dúrcal, las aguas templadas, mineralizadas y medicinales de los Baños de Urquízar y Vacamía, la cascada que forman las cristalinas aguas del arroyo Alcázar y el curso del río Dúrcal.
El murmullo de las aguas de acequias y ríos, así como el variado canto de multitud de aves, serán nuestros compañeros de viaje durante todo el recorrido. Por otra parte, el verdor de plantas y árboles de ribera, forman parajes de tal belleza, que nos harán pensar que en este lugar no está golpeando la pertinaz sequía que padecemos.
Sin duda, se trata de una de las rutas más espectaculares de nuestro calendario, que harán que no dejes de arrepentirte y lamentarte por no haber asistido.